La piel grasa es aquella cuyas glándulas sebáceas producen un exceso de sebo. Es una afección cutánea muy común en la adolescencia, debido a cambios hormonales como un aumento de testosterona, pero puede ocurrir en edades más avanzadas.
Las pieles grasas son fácilmente visibles, ya que tienen un brillo intenso, tienden al acné, espinillas y puntos negros, presentando poros dilatados.
Además de la contaminación y la exposición al sol sin protección, hay muchas otras causas de grasa en la piel, como lavarse el rostro muchas veces al día, usar agua caliente para lavarse la piel facial, usar los productos equivocados, no hidratar la piel y tener una alimentación a base de productos grasosos.
Durante la menopausia es bastante común que la piel se vuelva más opaca y seca, pero también existe la posibilidad de volverse grasa, lo que se debe al desequilibrio hormonal. El estrógeno disminuye a un ritmo diferente al de la testosterona, que resulta ser superior, causando grasa e incluso acné.
Las pieles negras son las más susceptibles. Este fototipo tiene glándulas sebáceas más grandes que producen más sebo, lo que aumenta la grasa.
Los productos a base de vitamina C están indicados para esta afección de la piel.
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